Son 5 los policías lesionados en ataque armado en SLP; buscan a maleantes
SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 2 de marzo de 2020.- Durante años, las casas encuestadoras en México presentaron sondeos sobre las elecciones con resultados diversos; muchos magnificaban a ciertos partidos políticos y en otros casos, los colocaban al ras del suelo, pero no era hasta el día de las elecciones que se desenmascaraban aquellas que nunca realizaron un trabajo “limpio”.
En 2006 comenzó la idea de regular esta clase de información política, porque había empresas que divulgaban resultados durante el proceso electoral y tenían impacto sobre el ánimo de los electores, incluso para desincentivar a votar.
Si bien es cierto, varios factores pueden afectar los estimados que presentan estas empresas, dado que los encuestados pueden no representar a la población (en el caso de las telefónicas), porque “convencer” a la gente que conteste, o que diga la verdad, no es fácil.
Fue hasta el año 2012 cuando empezó una regulación de manera más clara y se formalizó con la reforma electoral de 2014, donde se señala al Instituto Nacional Electoral (INE) y a los OPLE (Organismo Público Local Electoral) como los responsables en la publicitación de encuestas.
Es decir, prácticamente obligan al INE y -en el caso de San Luis Potosí- al Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (Ceepac) a que den cuenta de la divulgación de encuestas a través de monitoreos en los diferentes medios de comunicación, incluyendo Internet, únicamente durante los procesos electorales.
Marco Iván Vargas Cuéllar, consejero electoral en el Ceepac, explicó para Quadratín SLP que los candidatos y partidos pueden mandar hacer las encuestas que quieran, de manera libre, incluso para un fin interno del grupo político, aunque la utilización de recursos sí debe ser reportada durante la fiscalización, independientemente que se trate de recursos propios o de prerrogativas.
A CARGO DEL INE Y CEEPAC
Todas las empresas dedicadas a la elaboración de encuestas deben contar con criterios metodológicos (establecidos por el INE a través del reglamento de elecciones) y que obliga a contar con una “hoja general”, misma que deberá ser incluida para avalar cualquier estudio serio.
La hoja metodológica manifiesta el tamaño de la muestra, el nivel de confianza, el margen de error y tratamiento de no respuestas. Tiene que presentarse ante el Ceepac para el caso de las elecciones locales, como las que tendrán verificativo el próximo año, cuando se elige al nuevo gobernador(a) del estado, diputados locales y federales, y 58 alcaldes, entre otros cargos públicos designados por votación popular.
Sin embargo, aunque el Ceepac verifica el criterio metodológico, con el fin de acreditar una encuesta o no, en realidad no avala la certeza en los parámetros de porcentaje o preferencias; aquí, es justamente donde se introducen las encuestadoras “patito”, que sin mayor complicación pueden manifestar que tienen una base metodológica y poner resultados “a modo”.
A partir de septiembre de 2020, el Ceepac iniciará el proceso de cara a las elecciones de 2021, que incluye el monitoreo de las encuestas. Durante el periodo de campañas, las acciones de vigilancia pasarán a ser responsabilidad de los candidatos y partidos políticos. En periodo de precampañas, las encuestas realizadas solo deberán ser utilizadas para fines internos de partido, sin ser divulgadas al elector.
LOS DIPUTADOS METERÍAN MANO
El presidente de la Directiva del Congreso del Estado, Martín Juárez Córdova, reconoció que no existe a la fecha alguna iniciativa para la regulación de las empresas encuestadoras, “bien vale la pena hacer el análisis del marco jurídico y de actuación de las encuestadoras en el estado, y ver las posibilidades de intervención”, declaró.
Ante el uso desmedido de presuntos estudios demoscópicos como instrumento publicitario, del que echan mano los partidos políticos y aspirantes, el legislador consideró la necesidad de regular. No obstante, al final del camino, las encuestadores son negocios a las que acuden “los suspirantes”, en una dinámica de ganar la opinión pública, independiente de los verdaderos resultados.
Juárez externó: “Se presta más que nada a sueños guajiros, porque cuando ya nos vamos al pulso y al tamiz social, se dan cuenta que eso quedó en un manejo mediático y no en una percepción real”, en referencia a que algunas no tienen el prestigio o respaldo, a las que (a pesar de eso) muchos “candidateables” acuden a ellas con ganas de avanzar, aunque sea de manera engañosa.
“Bien valdría la pena meternos hacer una revisión puntual para generar las condiciones y que a la ciudadanía le llegue información veraz, y no simples sesgos del suspirante”, puntualizó Córdova Juárez.
NADIE TIENE SU REGISTRO
A su vez, el consejero electoral Marco Iván Vargas Cuéllar, enfatizó en que el Ceepac tipifica el manejo de encuestas al igual que la propaganda; es decir, si alguna omite la hoja metodológica se le podrá iniciar un proceso sancionador. Sin embargo, el órgano electoral no está obligado a tener un registro de encuestadoras en el estado, y mucho menos un aval objetivo sobre los resultados.
Solo a través de la fiscalización que realiza el INE a los partidos políticos, podría existir la posibilidad de saber si un candidato pagó a una de estas empresas para que le manejara información a favor, a través del destino de cierto recurso a algún estudio de esa naturaleza, indicó.
GOOGLE UN ENGAÑO
Uno de los asuntos de mayor complicación a los que se ha enfrentado el INE y los OPLE, es justamente la información que se desata en las redes sociales, donde es común la aparición de encuestas anónimas, que no identifican a un particular, porque no es posible (hasta el momento) señalar, apercibir y sancionar a una persona física o moral que falsee información o que incumpla con las reglamentaciones exigidas durante los procesos.
En ese mismo sentido, el consejero del Ceepac Marco Iván Vargas Cuéllar hace referencia a las estadísticas emitidas a través del buscador Google donde también es común la publicación de sondeos de este tipo.
“Solo hay que recordar que no es una agencia de investigación, su principal función es un motor de búsqueda, una compañía que proporciona contenido”, indicó.
EL CONTROL DE CALIDAD
La vitrina metodológica, los códigos de ética, el padrón y la conducta de las encuestadoras, lo maneja la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercado y de Opinión Pública (AMAI), y aunque no es un club profesional, establece a los asociados, un conjunto de estándares para llevar a cabo sus trabajo, que les dará un rango de mayor confiabilidad.
Para las casas encuestadoras no resulta fácil ingresar al padrón de AMAI, pues llegan las de mayor prestigio y demuestran una solvencia en sus estudios de investigación, según diversos parámetros.