
Reforma en el bachillerato, un paso hacia la modernización educativa
Desde hace un par de miércoles he estado tratando en este espacio sobre tres problemas de seguridad nacional. En esta última entrega de la serie, trataré sobre Energía.
En términos de Energía, y en similitud con Agua y Salud, hay diversos nichos donde la CTI puede contribuir.
A mi parecer es más clara la idea que la Energía es un tema de seguridad nacional. Sin energía, ni industria, ni agua, ni salud, nada es operable en una sociedad. Este hecho me margen para abundar en algunos problemas de CTI.
La tendencia y transición del uso de energía está en la energía eléctrica; su generación, distribución y almacenamiento.
El traslape con temas ambientales es obvio y debe ser tratado en conjunto.
Las termoeléctricas no deben ser usadas ni fabricadas; está más que demostrado su gran efecto ambiental.
Opciones, están la geotérmica, hidroeléctrica, que son tecnologías maduras con impactos ambientales importantes, pero tan dramáticos como la termoeléctrica.
Las tendencias para generación, fotovoltaica, eólica y por biomasa –en específico biocombustibles para la sustitución de los hidrocarburos fósiles-. La marina es una alternativa en desarrollo.
México tiene gran potencial en las tres tendencias principales; pero la generación marina no debe ser descartada para el futuro inmediato.
La fotovoltaica compite con biomasa por la radiación solar pero impide flujos convectivos provocadores de tornados. En la eólica, las turbinas deben estar detenidas por lapsos –como en la rumorosa, el Istmo y otras- debido a que la gran fuerza de los vientos que ocasionan daños estructurales en los aerogeneradores. La biomasa, ha sido desacelerada es una desventaja salvable si se da continuidad al financiamiento.
Podemos decir que México tiene gran, enorme, potencial para la generación fotovoltaica. Todo el norte mexicano es una condición muy ventajosa. En aerogeneradores hay muchas oportunidades, pero México debe iniciar con desventaja en el tema pues ya es tecnología en franca madurez. Respecto a biomas, algo se ha iniciado, pero no se debe descuidar o se perderá lo avanzado, varios proyectos están en curso; algunos tienen resultados en CTI que redundan en registros de patente.
Una oportunidad en CTI para las tres tendencias mundiales se haya en la acumulación. El Litio, Li, es un metal fundamental para fabricar baterías y ha sido identificado con potencial minero en nuestro país.
Ya la Secretaría de Economía ha toma control de cuatro minas y otras se hallan en control de capital privado. Los sectores públicos de Economía, Energía y Medio Ambiente deben interactuar para regular las acciones en la extracción y beneficio de Li.
Hay tecnología con cierto grado de madurez para el uso de Li en automóviles, dispositivos de telecomunicaciones y otros. Empero, la CTI empieza sus labores, a nivel global, para acumulación de energía en altas potencias.
La idea central es que, una vez generada, es muy conveniente se acumule la energía eléctrica. Y este hecho es transversal a cualquier fuente de generación.
Suponga usted que se instala una capacidad generadora de energía eléctrica. Y que, como sucede en la realidad, por un lapso la demanda de corriente disminuye –por ejemplo, los domingos y días festivos que la actividad económica y productiva baja -. Las fuentes de generación pueden seguir trabajando; ni el Sol se oculta, ni el viento se detiene y la generación de biocombustibles no se debe parar.
Por ello, hace falta el desarrollo de acumuladores para alta potencia que permita conservar la energía generada para entregarla al consumo cuando es requerida.
La CTI mexicana está en un punto muy conveniente pues el desarrollo de acumuladores de Li para altas potencias está en pañales en todo el globo. La tecnología madura son acumuladores ácidos, como las actuales baterías de vehículos de combustión interna.
De no usarse ni acumularse, la energía sería desperdiciada. Esa pérdida, como la del tiempo, es inexorable.
Otro nicho de oportunidad es la interconexión de microrredes en forma combinada con varias fuentes de energía. Suponga que una población con un número suficiente de casa habitación recolecte los desechos de orgánicos –FORSU, heces de animales y aguas municipales-. Luego, además, que tenga suficiente radiación solar y/o vientos predominantes. La demanda energética de ese poblado podría ser combinada con la generación fotovoltaica, eólica y hasta la de biocombustibles. El reto en CTI es que no afecte la red de distribución al interconectarse.
Este es tema activo y vigoroso en el mundo de la CTI; estamos a tiempo.
La energía es un problema de seguridad nacional; no se puede dudar. La estrategia está entredicha; se irá de largo si no aprovechamos la capacidad instalada en México para la CTI.