
El uso del pasado
La reunión sostenida entre el gobernador Juan Manuel Carreras López y los miembros de la Coparmex fue una buena señal del priista, quien de esta manera atendió un reclamo justificado sobre el estado de cosas en San Luis Potosí, una entidad donde puede haber remedio si, en la recta final de su mandato, todos jalan parejo.
Tranquilizar a los empresarios sobre la situación de la seguridad pública -un clamor general-, era necesario toda vez que previamente se dejaron sentir algunas voces inconformes con la ausencia del Ejecutivo estatal y nadie cubría esos espacios vacíos, por eso era importante que él mismo tomara la decisión de salir al claro y rendir cuentas.
Como gobernante que es, más allá de su investidura que debe ser respetada, Carreras tiene la obligación de asumir el liderazgo en todo momento, más en momentos álgidos como los ocurridos en semanas recientes, detonados por el crimen del priista Aurelio Gancedo Rodríguez.
Por eso es que este encuentro fue importante, porque hacía mucho tiempo que no había tal convocatoria y la Coparmex respondió, sus miembros acudieron a la cita, lo escucharon y todo indica que quedaron más tranquilos y listos para hacer su parte en la construcción de un San Luis que por momentos se ve convulso.
Uno de los grandes errores que cometen muchos políticos y servidores públicos, es no dar la cara. Eso, además de alejarlos de la población, refleja una incapacidad para enfrentar los problemas y solucionarlos. Por eso también es positivo que el secretario estatal de Seguridad Pública, Jaime Pineda Arteaga, haya vuelto a dar declaraciones -que necesariamente terminan en explicaciones-, dada la naturaleza de su difícil trabajo. El silencio es peor.
Haber retomado el control y el diálogo, es lo mejor que le pudo pasar a Carreras. Solo que la Coparmex no es el único interesado en escucharlo y sería deseable que abriera su agenda a otros sectores necesitados de su presencia, sin tener que buscarlo en la Casa de Gobierno, donde se ha vuelto una costumbre ver manifestaciones, debido a la inoperancia de sus funcionarios.
¿Carreras debe cambiar algunas piezas de su gabinete para cerrar mejor el sexenio? Nombres hay varios -por no decir muchos- pero sólo él sabe, con mayor certeza, quién ha cumplido y quién ha fallado, y por qué se tuvo que llegar a este punto donde casi rompió con el entorno social potosino.
No es solo que en sus giras de trabajo, el gobernador reciba el apapacho de sus incondicionales, sino que de verdad tome el pulso de quienes no están conformes con su trabajo, para mejorar. Fue el caso de la Coparmex, un grupo duro de convencer, presidido ahora por Julio César Galindo Pérez, quien de forma inteligente presionó lo suficiente, pero sin pretender quebrar un vínculo con el Gobierno del Estado, dado que se necesitan de forma mutua.
Hacer política, es lo que dicen los clásicos, para salir del atolladero. Carreras y la Coparmex demostraron en este encuentro que quizá no fue muy publicitado en los medios de comunicación, pero deja un poderoso mensaje de reunificación, respetando posturas, ideas y agendas propias.
Esto no quiere decir que los datos duros aportados por el mandatario sean totalmente ciertos. Puede que se haya avanzado, pero tampoco se deben exclamar albricias. Este gesto fue, en todo caso, un buena señal de lo que viene, en un año que empezará a entrar a la etapa preelectoral. De ahí la importancia que Carreras haya vuelto a la escena política.