Economía en sentido contrario: Banamex
Como dice la abundante claque lopezobradorista: vamos a quitarnos las máscaras, por eso es importante señalar que el presidente ha caído en un bache lamentable, está como esos delanteros que por más que lo intenten, no terminan de dar el pase de gol a la red. Le falta ser más concreto y dejar de festejar cualquier jugada, porque a final de cuentas los partidos se ganan con goles y es lo que hace feliz a la tribuna, por encima de cualquiera otra genialidad en la cancha.
El más claro ejemplo de su obsesión por ser popular y estar en boca de todos es el avión presidencial, un tema que ha estado en el ánimo colectivo las últimas semanas y las que siguen, pero el plan fue hecho sobre la marcha, como fue con el Insabi y aun con la Guardia Nacional. Ese es el problema: hacer las cosas al calor del trópico.
Dije lo de quitarnos las máscaras, porque en lo particular le di el voto tres veces a este presidente, pero seamos serios, qué es lo que realmente ha hecho que no se hiciera antes, porque no inventó los programas sociales, no ha formado nuevas instituciones, su política es de imposición, arrasa con los órganos autónomos, se confronta con los que llama conservadores y todo aquel que no esté de acuerdo con él.
Ni siquiera el concepto político-histórico de Cuarta Transformación ha sido explicado con suficiencia para entenderle. ¿Qué es? Nada, hasta el momento. A un año de gobierno, la pobreza es galopante, la economía no crece, la inseguridad sigue en las mismas y la unión del país es apenas una ilusión.
¿Cuál es la oferta política de su partido Morena? Quién sabe, por lo pronto están hechos un lío porque no pueden terminar de elegir a su dirigencia nacional. Las elecciones de 2020 y sobre todo las de 2021, estarán sostenidas en la popularidad o impopularidad de López Obrador.
Eso no puede ser bueno para el país, porque lo que uno quiere es vivir mejor y con el tabasqueño eso no se está logrando.
Hoy, él mismo ya es un meme constante, pero no quiere darse cuenta e inclusive lo celebra. Le llama libertad de expresión, claro, si no le gusta lo que lee, oye o ve, arremete sin piedad contra los autores.
Pero no vayamos tan lejos: hasta el momento no hay nada memorable en su gobierno, salvo el sainete del avión presidencial, el caso Ovidio Guzmán, la falta de medicinas y otros escándalos.
Su gran tlatoani, Benito Juárez, ya le hubiera llamado la atención. Lo mismo el general Lázaro Cárdenas, igual el mártir de la democracia, Francisco I. Madero. Seguro ninguno de ellos se comportaba como López Obrador ni tomaba decisiones tan a la ligera o despilfarraba el dinero.
Y fíjense de qué tamaño son las tres transformaciones anteriores del país: Independencia, Reforma y Revolución. Hoy, la 4T ni a los talones les llega. La neta.