Economía en sentido contrario: Banamex
Hay tres grandes temas con problemas que pueden ser abordados por diversos grupos científicos en México. Me refiero a problemas relativos a Agua, Energía y Salud.
Cada uno de estos temas constituyen un a conjunto de problemas pertenecientes a una ciencia o actividad determinadas. Son tres problemáticas de seguridad nacional.
En esta ocasión me referiré al agua y su relación con la generación de conocimiento, el desarrollo tecnológico y la innovación, es decir, la Ciencia, Tecnología e Innovación, CTI. Lo anterior desde el panorama que desde un punto de complicaciones técnicas se presenta a la vista de la normatividad; como contingencia que puede preverse en el curso de la problemática misma.
En particular, bajo al considerar la tendencia de políticas públicas en desarrollo urbano, es de interés los esquemas de tratamiento de aguas residuales; tanto municipales como industriales.
Los sistemas integrados de control en tiempo real para tratamiento de aguas residuales, SI-CTR, han demostrado que son efectivos en costes para abordar el dilema de contar con agua superficial de alta calidad y baja emisión de gases efecto invernadero.
Un SI-CTR es un auxiliar computarizado que permite la operación automática y controlada con base en algoritmos matemáticos e inteligencia artificial.
Diversos resultados en CTI lo demuestran lo anterior, pero aún no se han considerado en la normatividad tales SI-CTR.
La normatividad simplemente pierde de vista que los SI-CTR permiten alcanzar alta calidad de agua superficial, con bajo coste energético a la vez que se garantiza la confiabilidad y operación robusta ante eventos ambientales. Es decir, para garantizar el tratamiento de agua residual ante eventos ambientales son aquellos asociados a lluvias intensas, caudales de ríos y calidad del agua a ser tratada.
Cuando en la norma se omite sobre los SI-CTR se limita la operación y eficacia de las plantas de tratamiento de aguas residuales. Como una consecuencia, se ven comprometidas la confiabilidad en la calidad de agua tratada, así como la operación segura (robusta) ante cambios drásticos en cantidad y composición (calidad) del agua a tratar. El incremento de costes y riesgos financiaros también son resultado de la ausencia de SI-CTR.
Con tales implicaciones se proyecta inviabilidad del tratamiento de agua con calidad, confiabilidad y operación robusta.
Para estar a la altura de los tiempos actuales, donde la CTI se incluye en el mundo como elementos de cumplimiento normativo, se requieren modificaciones normativas mexicanas que coloque al estado mexicano en el rumbo del cuidado medioambiental, con disminución en impactos, por ejemplo, en salud de toda la población, sin distingos.
El asunto es no solo incluir en la norma límites de contaminantes y la definición procesos específicos de documentación ambiental, derivada de la operación en industrias y municipios, sino además un oficial de cumplimiento tecnológico – en el mundo se conoce como compliance -, con capacidades definidas, autónomas y supervisadas, que ponga a la vanguardia a México.
El día de hoy el mundo tiene como noticia la nominación de una adolescente para el premio Nobel de la Paz; se dice que el motivo de tal nominación es levantar la consciencia ambientalista de una generación -o varias-.
Como sea ese caso, está en el dominio público, cada vez más, la relevancia e normatividad ambiental; una correcta y estricta, con dientes que muerdan.
Para ello se debe incluir productos en CTI y oficiales de cumplimiento tecnológico para el tratamiento de agua. Es clara la pertinencia de incluir, con actualización continuada ya que la CTI avanza aceleradamente, a los SI-CTR para tratamiento de agua residual.
Ahí el llamado a tomadores de decisión y actores legisladores, tanto como ejecutivos, de todos los niveles de gobierno.
Hoy que ese conmemora la constitución mexicana, que tanto están en boca de legisladores reformas constitucionales, este debería ser tema de reflexión.
No hay peor sordo que quien no quiere oír ¿ustedes querrán oír?