Ironía
Una seguidilla de crímenes, tras el padecido por el priista Aurelio Gancedo Rodríguez, pusieron sobre la mesa de las especulaciones -o las certezas- la aparición de un posible vengador anónimo que quiere enviar un mensaje.
La decena de muertes registradas en la última semana, tres de cuyos cadáveres fueron dejados ayer en Villa Magna, habla de una situación que por lo menos, causa sospechosismo.
Que se sepa, estas muertes no están relacionadas entre sí, pero ¿y si es así?
Ojalá que no, porque esto hablaría de un momento de descontrol muy riesgoso para las instituciones de seguridad pública y justicia que terminarán pegando en lo político, en la gobernabilidad, lo cual sería más grave.
El que de plano no tiene un portero que le pare los goles, es el delantero del equipo, léase gobernador Juan Manuel Carreras López.
El mandatario tuvo que salir de Casa de Gobierno la noche del martes para atender en persona una protesta de MP’s y peritos. Durante largos minutos los estuvo convenciendo para que tuvieran una cita con él la mañana del miércoles, pero a tal grado llegaron los reclamos que no querían, mientras el secretario de Gobierno, Alejandro Leal Tovías, se quedaba ‘milando’ como el chinito.
“Ténganme confianza”, pedía el Gobernador en la penumbra de la noche. “Es que su gente no le hace caso”, recriminaron punzantes los quejosos.
¿Cómo creen que quedó el marcador de este partido?
Aunque suena más a bravata que a otra cosa, el que Alberto Narváez Arochi diga que los comerciantes establecidos han comenzado a armarse, es preocupante y habla de un hartazgo por la inseguridad.
El problema de las cifras oficiales, que se dice van a la baja, es que son rebasadas por la realidad.
Con la instauración del Consejo Municipal del Centro Histórico se espera que haya una mayor coordinación entre sociedad civil y autoridades, con base en una agenda de trabajo que no está definida.
Sin embargo, todos coinciden en un primer punto: combatir este problema, porque “el área ha sido entregada a la delincuencia”, según Arochi, pero sin decir de parte de quién.