La alcaldía de Tancanhuitz, un premio que nadie quiere
Culminó el domingo en el Zócalo Marcha por la Paz, la Justicia y la Verdad, encabezada por Javier Sicilia y familiares de víctimas de cárteles de la muerte; demandan una justicia transicional, acceso a reparación del daño, y garantía de no repetición de violaciones a derechos humanos. Viudas y huérfanos dan voz a muertos y desaparecidos en nuestro país que parece a muy pocos importan. Esta expresión de indignación, solidaridad y valentía ciudadanas, es conducente a “tocar conciencias y corazones” de pueblo y autoridades sobre los graves retos que tenemos para construir un Estado de Derecho elementalmente eficaz.
Obradoristas envenenados insultaron a marchistas dolientes sábado y domingo: “asesinos”, “traidores”, “fuera”, e intentaron impedir su acceso al Zócalo, no lo lograron. (A Porfirio Muñoz Ledo sí le impidieron sus propios compañeros diputados el miércoles exhibir abusos de Guardia Nacional contra migrantes). El presidente López se negó a recibirlos pretextando que le montan un show, a él que tiene el monopolio de montajes; dos meses antes dijo le daban flojera. (Como Salinas, ni los ve ni los oye). Más de un año en el poder y no ha dialogado con oposición ni críticos. Por salud pública urge desmontar los monólogos propagandísticos diarios del presidente y buscar espacios de entendimiento.
Sicilia insistió: es tiempo de poner un alto a tanto dolor evitable. Reclamó que AMLO ha incumplido la agenda de paz y verdad a la que se comprometió; que esté criminalizando a los migrantes (por presión de Trump), a quienes antes prometió visas y trabajo; y que no estuviera presente para recibirlos por sus prejuicios hacia las víctimas. Y le escribió: “Nuestra casa, México, está llena de violencia, sangre, muerte, desapariciones, fosas, mentira e impunidad…Tu, como presidente, tienes la disyuntiva de continuar caminando hacia el horror que los primeros pasos de tu gobierno han transitado… o llevarnos hacia una verdadera transformación…”.
Las majaderías del presidente continuaron este lunes cuando les reprochó no cuestionar a gobiernos anteriores, evidenciando pérdida de memoria. En los últimos veintitrés años se han hecho seis marchas reclamando paz y justicia: En noviembre de 1997 a Zedillo; en junio de 2004 la marcha del silencio con más de un millón de mexicanos vestidos de blanco, al propio López Obrador, jefe del gobierno capitalino, quien la calificó marcha de pirrurris. En agosto de 2008 y mayo de 2011 a Calderón; en noviembre de 2014 a Peña y ahora enero del 2020, a López.
Participé en el 2008 en sesión donde se firmó el Acuerdo Nacional por la Paz, la Justicia y la Legalidad, y en 2011 en diálogo que el 23 de junio hizo el presidente Calderón y su gabinete con marchistas encabezados por Sicilia, en el Castillo de Chapultepec, siendo yo secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. De Nexos, Blog “Con/contra diálogo Calderón-Sicilia”, algunos testimonios: “Aceptar presentarse a una reunión con un movimiento de crítica, reclamo y protesta por las situaciones trágicas que han sufrido miles de familias… Del lado del movimiento, es acertado plantear el problema de la justicia con el jefe del Estado porque el Estado ha fallado en ofrecer justicia constitucional…” (Francisco Valdés).
“Algo importante ha sucedido en México cuando vemos al presidente recibir el embate de críticas severas y llamados urgentes a cambiar la estrategia central de su gobierno… Ni el antecesor de Calderón (Fox) ni quien estuvo a punto de ocupar su puesto en 2006 (AMLO) hubieran podido encarar la quemante inconformidad, el reclamo rabioso o la exigencia serena y honda de pedir perdón” (J Silva-Herzog). Tenía cerca a Enrique Krauze quien escribió: “El Presidente hizo lo que debió haber hecho desde hace tiempo: escuchar primero, darse a escuchar después. Por primera vez expuso sus razones con claridad…”.
Es estúpido escucharse a sí mismo e insistir en la estrategia de “Abrazos. No balazos”. Realidad de violencias se agrava por no entender y contener la disputa territorial por mercados ilícitos de drogas, huachicol, armas, trata de personas, así como de secuestro o extorsión. Se hizo mensaje al marchar: ¡Besos y abrazos no paran los madrazos!