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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 10 de enero de 2019.- Hoy, 10 de enero de 2020 es el 123 aniversario de nacimiento del exgobernador Potosino Gonzalo N. Santos, por lo cual quiero recordarlo, transcribiendo la opinión de los organismos empresariales, al celebrar su cuarto año de gobierno, y que fue publicado en el Periódico El Heraldo de San Luis, el 22 de noviembre de 1947 en la primera plana», compartió el historiador, Fabián Espinoza Díaz de León.
Discurso de don Filiberto Herrera, en la cena ofrecida por la Cámara de Comercio en honor del 4 aniversario de Gobierno de Gonzalo N. Santos:
Señor Gobernador, respetable señora Santos; señoras y señores: El Consejo Directivo de nuestra Cámara de Comercio, portavoz del sentir de los hombres de negocios de nuestra comunidad, me ha hecho el honor de designarme para ofrecer a usted, Señor Gobernador y su distinguida esposa el homenaje que está teniendo lugar esta noche.
Celebramos el cuarto aniversario de su gobierno, y esta favorable ocasión, como la de aniversarios anteriores, nos brinda la oportunidad de expresar a usted nuestro más profundo reconocimiento por el esfuerzo que ha desarrollado en beneficio del estado que gobierna.
Necesario es, señor Gobernador, recordar en este momento, aquella significativa reunión que celebró usted como candidato, con los hombres de negocios de San Luis, a principios del año de 1943, en el hotel Colonial, en el cual tuvo a bien a exponernos a grandes rasgos, el plan de trabajo que pensaba llevar a cabo durante su gobierno.
Al enterarnos de la magnitud de obras incluidas en dicho plan, nos pareció, y sinceramente lo confesamos ahora, que a pesar de ser muy grande su voluntad de Usted para efectuarlo, los recursos económicos con los que podría contar serían tan limitados, que construirían una barrera infranqueable para llevar a cabo sus propósitos. Y es que, francamente señor Gobernador desconocíamos el poder dinámico y la influencia política del hombre que nos hablaba.
Pero el tiempo, que es piedra de toque que prueba las voluntades, ha venido a demostrarnos con hechos innegables, de lo que es capaz un gobernante que aduna su voluntad decisiva y fuerte, una clara inteligencia y un vivo deseo de ser útil a su patria.
Cabe recordar, también, señor Gobernador, aquella expresión al tomar posesión de su gobierno, cuando nos dijo que venía a trabajar y no a estarse con los brazos cruzados y que para trabajar debidamente necesitaba dinero; por lo tanto, requería la cooperación económica de los hombres de negocios.
Comprendimos la razón que lo asistía y en la medida de nuestras posibilidades, atendimos gustosos su llamado. Ahora que han transcurrido ya cuatro años de su gobierno, hemos visto que, punto por punto, ha venido cumpliendo con su programa y aún se ha excedido a sus promesas, y es para nosotros motivo de honda satisfacción haber podido colaborar en la realización de sus planes, ya que el impulso creador de usted se ha dejado sentir en todos los rincones del Estado, y en lo que toca particularmente a nuestra ciudad, la ha dotado de obras materiales de servicio público que la ponen a la altura de las primeras ciudades de la República.
Comprendemos que obras de tal envergadura no podrían haber sido hechas con los solos recursos del Estado y que, gracias a la generosidad de usted, quien ha puesto en juego su estrecha amistad con los primeros mandatarios de la República y a su influencia política, en vez de aprovecharlas para beneficios personales, las ha destinado al bienestar de la colectividad que gobierna.
Sobrada razón tuvo un buen amigo nuestro, de los principales hombres de negocios de la ciudad de Monterrey, cuando al enterarse de la forma de gobierno que usted desarrollaba, se expresó así: «CUANTO DARÍAMOS EN MONTERREY POR TENER DE GOBERNADOR UN GONZALO SANTOS».
Pero la labor de un gobernador no se circunscribe a desarrollar obras de orden material por importantes que estás sean, sino que, de más valor aún para un buen gobierno del pueblo, es el sentido moral que el gobernante imprime a sus acciones.
En este particular, señor Gobernador, se ha destacado la obra de Usted porque en todos sus actos, así públicos o privados, se muestran inspirados en las más estrictas normas de moralidad y de justicia, y esto, como es natural, le ha ganado por completo el respeto, la estimación y la confianza general de su pueblo.
Hemos querido mencionar los hechos expresados para significarle que la celebración que anualmente hacemos de los aniversarios de su gobierno llevan en su más pura esencia, el noble sentimiento de reconocimiento y gratitud que bulle en nuestros corazones.
No podemos terminar nuestro breve ofrecimiento sin cumplir aún delicada misión que dicta nuestra caballerosidad y exigen nuestros sentimientos. Misión de gratitud también y de respetuosa admiración para quien viene compartiendo con usted las muchas amarguras y los contados goces que trae consigo la dirección del pueblo. Nos referimos obvio es decirlo, a la señora, su esposa, a la señora Leola de Santos, que ha sido para Usted fuente inagotable de abnegación y de ternuras, inspiradora de sus más nobles pensamientos y fiel guardián de la honestidad y ventura de su hogar.
Con nuestra admiración más profunda, los aquí presentes, cautivos en la malla invisible e impoluta que en nuestro derredor han tejido sus imponderables atributos de mujer inteligente, de amiga leal y sincera, de dama generosa que derrama el bien donde es menester, le ofrecemos con el corazón en la mano, el sincero homenaje de nuestra veneración y respeto.
Muchas gracias y en Hora Buena. Filiberto Herrera, presidente de CANACO y representante de los Organismos Privados del Estado de San Luis Potosí.
“Así era la convivencia en San Luis Potosí, había armonía, diálogo, esfuerzos conjuntos, respeto y progreso, estos comentarios tienen como objetivo reconocer y recordar los esfuerzos que se hicieron en beneficio de San Luis Potosí”, narra Díaz de León.