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RIOVERDE, SLP., 17 de diciembre de 2019.- Velas, luces de bengala, tamales, piñata, ponche, pero sobre todo armonía y paz, es lo que dejó la primera posada de la temporada -la tradicional-, no aquellas que solo son fiesta, pues para poder disfrutar de los dulces y regalos, hay que pedir posada y rezar el rosario, una acción en la que por igual niñas y niños, jóvenes o familias completas participaron.
Esta fiesta pública fue organizada por los propietarios de los locales en la llamada calle de comercio de Rioverde, que oficialmente lleva por nombre Don Paulo Verástegui y Ruiz de Bustamante, popular por tener solo comercios desde principios de siglo.
Juan Manuel García, propietario de “El Moro”, una tienda de sombreros y botas, expresó: “es el segundo año que la hacemos. Todos cooperamos y mandamos hacer bolsitas y comida para 400 personas”.
A la calle peatonal arribaron cientos de niñas y niños en su mayoría, que se detuvieron a mitad de esta para pedir la posada tradicional y caminar luego de abrirles paso a los peregrinos que salieron desde la parroquia de Santa Catarina de Alejandría.
“La idea es fomentar las tradiciones, otorgar una posada cada año a las catequistas de la iglesia, que vengan pidiendo posada por las calles y aquí rezamos y comemos”, dijo el empresario que recordó como de niño en comunidad rural le tocó hacer lo mismo, tradición que se va perdiendo.
Los comerciantes coincidieron que es una manera de poder contrarrestar el Halloween, con algo muy mexicano y que todos los niños deberían de vivir. “En esas fechas llegan los niños a pedirnos dulces y queremos que conozcan la otra forma de pedirlos muy mexicana”, señaló.
La posada se instituyó desde hace un año y guardará siempre una tradición en la calle, cada 16 de diciembre, primer día de las 9 posadas.
De esta manera, los asistentes disfrutaron de la fiesta tradicional, que solo les costó rezar y adorar al niño que está por nacer.